Críticas

Javier Rubio

El catalán Soler-Miret nos llega con unas características muy personales. Si la figura - piedra de toque - está presente en algunas de las composiciones, parece asomarse como complemento y no como centro. Porque el mundo de Soler-Miret, es un mundo cerebral y abstractizado que domina la geometría y que se manifiesta en las frías superficies y volúmenes del cristal y del plástico. Geometría transparente que condesciende (a veces) a la gota de agua o de rocío, protagonista y habitante de grandes espacios desolados, de un vacío monocromático que se exacerba en esos dibujos suyos minuciosamente trabajados según el más lógico de los cánones.

  • BLANCO Y NEGRO